Solo una palabra: compromiso

“Todo lo que puedes hacer o sueñas con hacer, empiézalo. La audacia encierra ingenio, poder y magia”.

Goethe.

Siempre se dice que la actitud ante las circunstancias, buenas o adversas, es la que hace la diferencia. Esa actitud que demostramos durante las crisis, en los momentos de cambios, cuando hay que tomar decisiones. Quizá la actitud más difícil y que un buen líder debería potenciar en sí mismo e incentivar en su equipo es el compromiso.

Solamente cuando las personas de un equipo de trabajo se comprometen es que los proyectos pueden llevarse a cabo. El compromiso de los individuos es fundamental para alcanzar metas y objetivos, para avanzar y rectificar acciones cuando sea necesario.

Damos pequeños pasos y cada vez nos acercamos más a aquello que deseamos, que soñamos, que hemos diseñado para que el futuro al que ya nos estamos acercando sea mejor.

El desear una nueva realidad y el compromiso con su realización permiten que la visión sea algo más que una mera fantasía ya que va de la mano del compromiso de un equipo de expertos que trabajan en conjunto y profesionalidad.

La iniciativa y las acciones surgen del compromiso con aquello que se quiere lograr. Y el compromiso solo ocurre cuando persona asume y declara que desea trabajar en conjunto por un bien en común.

El compromiso se nutre de la acción, del trabajo constante, la persistencia para avanzar a pesar de los obstáculos que se pueden presentar. Además se vincula con la predisposición interna, la conexión que tenemos con nosotros mismos cuando nos comprometemos con un proyecto que creemos que es trascendente.

El compromiso produce en el individuo entusiasmo, ganas de hacer y una gran disposición por aceptar los desafíos que puedan ir surgiendo. Prestamos atención de una manera diferente ya que nos interesa todo lo que sucede en nuestro entorno y como ello puede repercutir en nuestro proyecto. ¿Qué persona puede ayudarnos o sabotear nuestro proyecto?

La escucha activa nos brinda información valiosa que podemos capitalizar para tomar buenas decisiones que nos acerquen más a nuestra meta. Por eso es bueno estar preparado, las cosas pueden suceder en cualquier momento y si dejamos pasar la oportunidad corremos el riesgo de alejarnos de nuestros objetivos.

Las oportunidades  nos llevan a accionar en el momento apropiado. Exactamente en ese instante, no en otro, ese es el momento adecuado y para accionar justo en ese lapsus de tiempo no vale solo contar con el sentido de la oportunidad sino que es necesario estar atento para percibir que es el momento de intervenir.

Las acciones suelen ocurrir en tiempos adecuados cuando estamos convencidos y entusiasmados con lo que estamos haciendo, es decir, cuando nos comprometemos con nuestro trabajo, con nuestra biblioteca, con nuestros usuarios.