Los cambios que sufrimos en este mundo interconectado

La vida cotidiana, tanto personal como profesional nos lleva a estar permanentemente conectados. Somos como una masa que recibe y distribuye información de manera permanente.

Todo ello nos lleva a una evolución de nuestros cerebros.

Así vemos como:

Internet hoy es nuestro disco duro externo: allí guardamos todas esas cosas que por su gran volumen no podemos memorizar y es allí donde recurrimos para recuperar esa información cuando la necesitamos.

A su vez, estos cambios producen otro que es fundamental, la nueva forma de aprender, sabemos que contamos con una variedad enorme de recursos y tratamos de utilizarlos de la mejor manera posible.

Cambia la forma de utilizar nuestra memoria, hoy recordamos el camino que realizamos para hallar cierta información, sabemos que siempre utilizando esa técnica la hallaremos.

Por eso hoy somos personas que realizan una gran variedad de tareas simultáneamente. No sabemos cómo nos afectará a futuro, pero sí nos queda claro que en una hora de trabajo hacemos más que lo que hacía un bibliotecario hace tan solo diez años atrás.

También observamos cambios en nuestro coeficiente intelectual. Este ha aumentado considerablemente por el uso de la tecnología. Hoy somos más inteligentes como individuos, pero sobre todo como colectivo. Estamos transformando permanentemente la idea de otro y ese otro transforma la nuestra acrecentando los conocimientos que circulan por la red.

Sin querer nos convertimos adictos a la tecnología, de igual manera que si fuéramos adictos a diferentes drogas. Cuando no tenemos disponible la tecnología entramos en un proceso de abstención difícil de superar.

Cuanto más utilizamos la red nuestro cerebro se activa, es decir, cambian nuestros circuitos neuronales y adquirimos más facilidad para tomar decisiones y resolver problemas.

Nuestro cerebro está ávido de información y la busca incansablemente en la red.

Somos los nuevos exploradores en el mar de la información, pero casi no la leemos. Eso ocurre porque la práctica de lectura se transforma y deja de ser lineal. Ahora leemos de manera más rápida y detectamos las cosas importantes, hoy leemos más que letras, leemos imágenes, sonidos, videos.

Muchos opinan que esta forma de almacenar información en la red afecta nuestro proceso creativo. Ya no acudimos a nuestra memoria para avanzar y analizar otros aspectos de un tema. Personalmente creemos que simplemente evolucionamos de las antiguas prácticas de aprendizaje que se replicaban en nuestra forma de trabajar. Hoy podemos ser tan o más creativos que nuestros antecesores. Vivimos, trabajamos, manejamos nuestra carrera profesional y nuestra vida personal de otra manera. No vamos a discutir si es mejor o no, solo podemos decir que es diferente. Nos adaptamos como siempre lo hizo la humanidad, evolucionamos permanentemente y nuestra inteligencia se mide de manera diferente.