Somos mediocres

No queremos ser mediocres y esa actitud limita nuestro aprendizaje. Tememos a las opiniones negativas de otros colegas, porque sabemos que los demás notarán que somos mediocres y opinarán mal de nosotros por ese defecto.

Claro está que esta actitud es muy desventajosa para nosotros, nos escondemos por temor y así no hacemos cosas nuevas, porque si fallamos todos lo sabrán y no entendemos que tanto si salen bien como que salgan mal para nosotros serán siempre ventajosas ya que en ambas instancias vamos a prender.

Dejamos de expresarnos libremente, y poco a poco restringimos nuestras oportunidades, así solo nos quedan opciones pobres que no nos satisfacen pero que no presentan ningún desafío y por lo tanto nadie nos podrá juzgar.

No queremos que otros se den cuenta que somos mediocres y por eso no hacemos nada. Todo lo que deseamos, nuestros sueños y objetivos quedan neutralizados ya que seguramente para llegar  a la meta muchas veces vamos a fracasar y vamos a quedar en evidencia y no queremos que eso ocurra.

Si realmente queremos llegar a ser exitosos no tenemos que permitir que la actitud de los demás nos afecte. Solo debemos esforzarnos y aprender de cada caída para no repetirla hasta que finalmente lleguemos a la meta.

Lo que más nos afecta es como asumimos las palabras de desaprobación de los demás. Si solo actuamos esperando la admiración de los demás estamos bastante perdidos. Para alcanzar la meta lo importante es aprender, desaprender y volver a aprender. No hay otra fórmula, y en ese camino no debemos prestar atención a lo que digan los demás.

Si consideramos nuestra mediocridad como algo negativo no vamos a alejar de la actividad en la que creemos que somos mediocres y nunca vamos a aprender a superar esa limitación.  Sin embargo, si vemos ese contratiempo como una oportunidad de superación aprenderemos nuevas formas de alcanzar la meta fijada y seremos mucho más productivos que si nos inmovilizamos.

Es importante que nos valoremos más y entendamos que solo nosotros nos conocemos, los demás pueden hablar de nosotros por lo que ven exteriormente, pero realmente no conocen todo el potencial que tenemos. Por eso, es que no debemos desistir de aquello que nos interesa lograr tan solo por haber resbalado en el camino. Mañana lo haremos mejor y además ya contamos con experiencia de manera que por lo menos sabemos lo que no tenemos que hacer y eso, francamente es mucho ante otro colega que aún está en el estadio de la incertidumbre absoluta.

Entonces, para lograr aquello que deseemos lo único importante es que nos veamos a nosotros mismos como individuos capaces de llegar a la cima y mantenerse en ella a pesar de todo lo que otros colegas puedan llegar a manifestar.

Todos somos muy valiosos y podemos lograr el éxito profesional, solo que cada uno de nosotros lo alcanzará por diferentes vías y cada una de ellas será tan valiosa como la otra.