Un psicópata en la biblioteca

El mundo de la biblioteca y el equipo de trabajo que permite que cada día sus usuarios dispongan de un buen servicio y de acceso a la información es un verdadero océano en el que conviven diferentes especies.

Lamentablemente, como en cualquier organización, es imposible evitar los conflictos.  El equipo de bibliotecarios se integra por personas con diferentes historias de vida, intereses, sueños, angustias, problemas sin resolver, etc. Es imposible, entonces, creer que todo transcurrirá de manera pacífica, sin ningún inconveniente.

Entre toda la variedad de personas con las que podemos trabajar no sería extraño que nos encontremos con un psicópata.  No tenemos por qué considerarlos mala onda, muchos de ellos son extremadamente simpáticos, empáticos y generar confianza. No obstante, algunos de sus comportamientos terminan perjudicando al conjunto.

Hay varios tipos de psicópatas, veamos a algunos de ellos:

 

  • Desacreditador serial: no suele aportar mucho al equipo, no le gusta hacer tareas, todo le desagrada, tampoco se entusiasma con alguna idea o actividad. Lo único que se le puede asignar son tareas repetitivas, estándar, dónde no haya que debatir, seguro que no le van a gustar, pero nada que se le asigne le gustará.
  • Lleva y trae: distribuye rumores e hipótesis destructivas, usa la confianza que otros le dispensan y desmotiva al grupo destruyendo la imagen de un colega o sus proyectos. Para frenarlo hay que mantenerlo ocupado y darle algún dato que resulte positivo para el equipo de trabajo.
  • Botón: se dedica a señalar errores y resaltar las cosas que se hacen mal. Lo puede hacer de forma sutil o irónica. Tiene buen ojo, por eso es importante que participe de un proyecto desde su inicio, si bien puede ser una persona irritante su juicio crítico siempre es acertado por lo que contribuye al buen funcionamiento del lugar.
  • Creador de tensión: disfruta generando malestar, suele ser agresivo y censura el comportamiento de los demás. Es preciso alejarlo en el momento de creatividad y tormenta de ideas, pero cuando ya se han tomado decisiones resulta particularmente útil ya que su negatividad y pesimismo sobre el éxito del proyecto lleva al equipo a ponerse firme en ejecutar las acciones necesarias para alcanzar los objetivos.

 

Los tiempos han cambiado y el esquema de un jefe paternalista y severo al que se lo respeta por miedo ya cambió. Las instituciones no pueden sobrevivir con estructuras verticalistas, es necesario contar con otro tipo de liderazgo.

El trabajo en equipo colaborativo cambió las reglas de juego en el ambiente laboral. Hay una mentalidad diferente que tiene más cuidado con evitar el acoso, la discriminación, el bullying, la violencia de género en el trabajo, por eso se espera contar con un liderazgo que contemple el trato que el jefe debe propiciar a sus empleados.

El jefe con características psicóticas tiende a desaparecer y reinventarse para  dar paso a un jefe que lidera un equipo de creativos del que depende el crecimiento del sector.