La importancia de los detalles

Es difícil entender e incluso imaginar cómo en os pequeños actos y detalles del día a día se desarrollan nuestras emociones, las conversaciones, experiencias, opiniones, así como nuestras expectativas y sentimientos.

En nuestra vida personal solemos distinguir entre aquellas personas que llegan para quedarse y acompañarnos de aquellos que solo serán un capítulo en nuestra vida, a veces, ni siquiera importante.

En nuestra vida profesional, en cambio, los pequeños detalles marcan la diferencia; son ellos los que desatan nuestras emociones, rigen las conversaciones y opiniones, así como las expectativas y sentimientos hacia el otro, tanto que sea nuestro compañero de trabajo como nuestro usuario.

A veces, se marca una línea muy delgada y casi imperceptible entre lo que es simplemente un profesional que cumple con su tarea con aquel que deja marcada su huella en ese ambiente, tan fuerte y tan necesaria para que todo ocurra de la manera en que debe transcurrir.

Se trata del plus que nos diferencia del resto, ese sello o valor diferencial que dejamos a nuestro paso, nuestra esencia, eso que nos pertenece y que nadie puede imitar. Eso que nos distingue y que habla por nosotros mismos sin necesidad de tener que hablar.

Esa esencia descansa en valores, en caso contrario, solo seremos un momento que pronto se olvidará y quedaremos marginados, desapareciendo del universo profesional, como una cortina de humo que pasa sin decir nada y que no deja ninguna huella y por lo tanto se pierde en la inmensidad de personas que transitan por allí.

Los detalles que siempre deben estar presentes en nuestra vida laboral son la coherencia, autenticidad, anticipación, proactividad, resolución de problemas, credibilidad, proximidad, pasión, conocimiento, escucha activa, aceptación y humildad.

Recuerde que la productividad ya no se mide más por la tarea sino por estos detalles que forman parte de nuestra esencia profesional.

Si no hacemos cosas que nos hagan conocidos por, no vamos a trascender, hoy nadie es imprescindible, ese mito se acabó. Todos formamos parte de un engranaje y como tal podemos ser reemplazados en cualquier momento.

Para transitar en este mercado laboral que además de competitivo resulta ser muy complicado no podemos darnos el lujo de olvidar quiénes somos, no debemos aburrirnos de nosotros mismos, no podemos hacer hoy lo mismo que hicimos ayer. No creamos que somos lo mejor que le pudo pasar a ese sector de trabajo, mantengamos la humildad y compostura, felicitemos a nuestros compañeros de trabajo por sus logros, reconozcamos que nos hemos equivocado, aprendamos de los demás y enseñemos a los otros lo que sabemos, escuchemos las razones de los otros, expliquemos cuando decimos que no, seamos siempre coherente, mantengamos una ruta pese a todo y todos, sorprendamos, innovemos y cambiemos a tiempo ya que el sujeto que tenemos al lado es nuestro espejo y ese espejo es el detalle que el otro percibe y ese detalle somos nosotros, nuestra esencia.