La importancia de la creatividad

Aunque las instituciones estén consolidadas y cuenten con el apoyo del público no deben dejar de ser creativas, y para ello tienen que tener personal creativo.

La creatividad se nutre de varios elementos como la pasión, la visión y altas dosis de realismo. Es mirar vislumbrando soluciones dónde otros sólo ven problemas. La creatividad nace de la divergencia, de tener otra mirada con respecto a lo que todos vieron, descubrir aquello en lo que nadie reparó.

Una persona creativa resulta un activo importante para una institución, ya que su mirada siempre es positiva, ve las mejoras que se pueden alcanzar con un esfuerzo moderado y recursos bien invertidos. Contar con un plantel de creativos es importante, pero deben tener cierta dosis de realismo, y hacer recomendaciones que se pueden realizar y no quedar tan sólo en una posibilidad o deseo.

A su vez la institución tiene que entender que una persona creativa necesita espacio y apoyo; no siempre lo que propone saldrá bien, hay que experimentar y modificar teniendo en claro lo que se quiere conseguir y es, en ese proceso, que este creativo necesita contar con sus colegas, sin que los demás le recriminen que algo salió mal.

Las instituciones deben alentar la creatividad y experimentación sin penalizar los fracasos, viéndolo como una oportunidad de crecimiento y fuente de conocimiento. Cuando fracasamos estamos u  escalón más cerca de nuestra meta. Solo es un escalón más.

Es importante que los jefes valoren a cada miembro de su equipo, algunos serán creativos, otros ejecutarán los pasos y efectivizan la visión del creativo.

En un equipo cada uno de sus miembros es importante para alcanzar un objetivo determinado.

Para que este plantel creativo es importante que sus miembros representen una diversidad intelectual, cuanto más diferentes son los miembros de este equipo más posibilidades hay de generar buenas ideas.

También es muy importante que las instituciones reconozcan el talento de su gente, en caso contrario las personas se sienten ignoradas, usadas y serán cada vez menos colaborativas.

Hay que estimular el pensamiento diferente. Dejar de lado las concepciones que siempre dieron resultado, ya que vivimos en una época diferente y las personas cada vez más demandan de las instituciones diferenciaciones con el resto que los haga sentir orgullosos de pertenecer o estar vinculadas a ellas. Esa fidelización del cliente va de la mano del reconocimiento al empleado.

Es importante que las instituciones sean empáticas con sus empleados y les permitan crecer, participar, opinar. Todo esto a su vez se revierte hacia la institución al contar con clientes fieles, satisfechos y orgullosos de formar parte de la misma.

Recuerde que la creatividad florece en un entorno laboral adecuado. Sin penalizaciones por pensar diferente, reconociendo su grado de creatividad y una cultura institucional que se cuestione de manera permanente  fomentando la exigencia de ideas nuevas.