El bibliotecario millennial

Nuestras bibliotecas cuentan con muchos bibliotecarios millennials. Son aquellos que nacieron entre 1981 y 1997. Esta generación se interesa por las nuevas tecnologías, son multitas, y buscan constantemente su independencia. No conocen la vida sin Internet ni celulares y están acostumbrados a tener toda la información que necesitan después de dar un simple click.

Cuentan con una gran capacidad para entender la tecnología digital y la integran de manera intuitiva y rápida en sus puestos de trabajo. Esa es su marca distintiva respecto a sus colegas de mayor edad. Con casi nada de esfuerzo disfrutan de su manejo de las tecnologías y a su vez ayudan a los usuarios a encontrar esa información que hará la diferencia en su vida personal o profesional.

Están acostumbrados varias fuentes de información de manera simultánea y eficiente, eso los hace sumamente confiables para desempeñarse en un servicio de referencia tanto presencial como virtual. De tal manera que su capacidad multitarea en mayor que la de la generación anterior.

Son sumamente estudiosos y perfeccionistas, es una generación de bibliotecarios que no se quedarán con su título terciario o de grado, tratarán de lograr un título de posgrado y se perfeccionarán de manera continua. Son conscientes de la necesidad de contar con una buena formación y que la misma debe ser continua para poder competir y ascender en un trabajo que a veces es poso conocido por la sociedad pero que requiere de un manejo altamente calificado de la tecnología.

La formación continua tiene un doble efecto en esta generación, los convierte en profesionales muy bien calificados y especializados, y a la vez, en personas muy flexibles a los cambios.

Es una generación que está conectada permanentemente, conocen colegas en todas partes del mundo y utilizan hábilmente esa red de contactos para alcanzar mayores logros laborales y ayudar a sus usuarios. Además, les ayuda mucho el manejo de idiomas a los que han accedido no sólo por su formación sino también por su innegable curiosidad de comunicarse con personas de otras culturas.

Las prioridades de esta generación son diferentes a las de sus padres, consideran que es fundamental contar con un título universitario que los respalde y les permita desarrollar una carrera profesional exitosa.

Son proactivos y desarrollan sus propias ideas y proyectos, por lo tanto, se puede decir que es una generación de bibliotecarios emprendedores. Necesitan ser reconocidos y que se les brinde un feedback para establecer sus nuevos objetivos y encausar su carrera.  Se convierten en personal sumamente valioso para las bibliotecas, pero no para todas, ya que muchas de ellas aún continúan con una mirada muy tradicional de la profesión y no entiende a esta nueva generación de profesionales, es más, los excluyen de sus filas, por eso cada vez más esta generación decide seguir sus instintos y se transforman en trabajadores independientes insertándose en diferentes empresas en puestos relacionados con el manejo de la información pero que no se relacionan con bibliotecas o centros de documentación.

Aún no son totalmente valorados entre sus colegas más tradicionales y es una pena ya que ellos representan el cambio que necesita nuestra profesión. No obstante, es innegable que de ellos dependerá la continuidad de la figura del bibliotecario en el ambiente laboral.