“Un emprendedor ve oportunidades dónde otros solo ven problemas”.

Michel Gerbe

Las bibliotecas universitarias, especializadas, públicas, populares y de empresas viven momentos de gran incertidumbre. La crisis económica ha provocado recortes presupuestarios, despido de personal con una contratación precaria, ya que tenían contratos de seis o un año como máximo, al igual que reducción de horarios.

Por otra parte, los bibliotecarios aún no sabemos cómo dar soporte al aprendizaje, la docencia y la investigación.

Hay muchos foros en los que los colegas debaten como modificar la ya tradicional manera de trabajar en busca de nuevos caminos. Hay que seguir un nuevo paradigma en el que se contemple ir más allá de ofrecer información y de espacios de estudio. Lo que se pretende no es colaborar en la desaparición de la profesión sino en encontrar una manera más óptima de ser bibliotecario.

Muchos colegas, conscientes de los cambios han dado pequeños pasos para posicionar las bibliotecas en las que trabajan tienen perfiles en Facebook o Twitter.  Además, tratan de adquirir material digital para solucionar los problemas de información de sus usuarios, no obstante, muchas veces estos materiales so resultan tan utilizados por sus destinatarios.

Estamos, entonces, en un momento gran inseguridad profesional y económica, por lo tanto, ya es hora que comencemos a tener en mente varios cambios posibles.

En realidad no sólo está en juego nuestra supervivencia como profesionales,  sino que debemos cambiar la forma en que las bibliotecas se conectan e intercambian información con los usuarios, o sea, es hora de que escuchemos detenidamente cuáles son sus necesidades. Las bibliotecas tienen la obligación de ser lo que nuestros usuarios necesitan que sean.

Tenemos que entender que nuestros objetivos a mediano plazo no sólo deben considerar suministrar información sino en lograr que nuestros usuarios puedan realizar de manera exitosa todas sus tareas profesionales y, quizá también, contribuir en la buena concreción de sus tareas personales.  Entonces, lo que tenemos que hacer es mirar de afuera hacia dentro, de ser creativos, innovadores, receptivos a sus necesidades y desarrollando nuevas ideas.

Llevar a cabo nuevas ideas significa asumir aquellos errores que surjan y reformular las propuestas. Hay que dejar de tener miedo a equivocarse ya que el temor nos paraliza y no nos permite avanzar y ofrecer nuevos modelos de servicios. Si no lo conseguimos seguramente seremos suplantados por otras formas de adquirir información, o sea, nuestros usuarios decidirán arriesgarse a encontrar la información que necesitan empleando las herramientas que le procure la Red.

Tenemos que ser emprendedores, mejorar y optimizar nuestros servicios, conseguir una mayor cantidad de usuarios que se interesen y sientan la necesidad de utilizar nuestro fondo bibliográfico, así como el asesoramiento que le podamos brindar. Pero para que ello pase debemos alejarnos del modelo tradicional que indudablemente ha sido exitoso durante un largo tiempo, pero que ya no lo es. La sociedad ha cambiado y nosotros también debemos cambiar.

Aún no podemos saber cómo serán las bibliotecas del futuro, pero nosotros, los bibliotecarios, tenemos que trabajar para su transformación.