“Sin bibliotecas, ¿que nos quedaría? ;no tendríamos ni pasado ni futuro”.

Ray Bradbury

Uno de los problemas que observamos en cuanto a nuestra profesión es la escasa valoración de la figura del bibliotecario en la sociedad.

Al recorrer la historia vemos como la figura del bibliotecario surge por una necesidad social determinada. En Súmer, por necesidad de conservar información administrativa, hasta llegar a la actualidad en la que las bibliotecas, según su categoría, conservan información relevante para investigadores, académicos, profesionales o personas que simplemente buscan obras para su recreación.

El mundo en estos momentos está transitando por un período de crisis económica bastante crucial. Muchas personas han perdido su empleo y los diferentes gobiernos han decidido reducir las partidas presupuestarias en rubros tan importantes para los ciudadanos como educación, salud, seguridad y justicia. Nuestro mundo cambia de manera dramática por estos problemas económicos y nos preguntamos, entonces, si nuevamente nos reconocerán a los bibliotecarios como necesarios socialmente.

La crisis afectará a las bibliotecas porque afectará a la totalidad de la sociedad, e indudablemente afectará a todos aquellos que se desempeñan en ellas.

Al disminuir el presupuesto las bibliotecas se verán afectadas. Habrá un recorte respecto a la contratación de personal, en la renovación de contratos y en el funcionamiento de los servicios.

Lo cierto es que todas las bibliotecas han visto como se incrementa el número de usuarios diarios, esto ocurre porque la mayoría de los usuarios no pueden costear la compra de libros e incluso, muchos de ellos, no pueden tampoco invertir dinero en fotocopiar material.

No podemos pensar ni remotamente en la remodelación de las bibliotecas, apenas podremos contar con presupuesto suficiente para lograr su mantenimiento, y claro está, no podemos ni soñar en que se construirán algunas más, por lo menos esto no ocurrirá en el corto plazo.

Si bien esta realidad es la que viven nuestros colegas europeos y estadounidenses, la misma poco a poco se vuelve a replicar en nuestro país. y decimos que vuelve ya que estamos acostumbrados a vivir de crisis en crisis económica local, aunque ahora, indudablemente, la crisis mundial no pasará desapercibida en nuestro país.

Creemos que las asociaciones profesionales deben respaldar a los colegas que hoy se encuentran sin trabajo, aquellos que saben que a fin de año no se les renovará el contrato, y a las bibliotecas que cada vez se ven más afectadas por los temas económicos. Si las asociaciones y los profesionales no defienden a las bibliotecas y a las fuentes laborales ¿quién lo hará?

Estamos realmente muy preocupados por la precarización del trabajo profesional, por la falta de empleo, por las necesidades que atraviesa el colectivo profesional, la baja autoestima que siempre nos caracterizó y la falta de decisión de mostrarle a la sociedad los aportes de las bibliotecas y de sus profesionales.

El profesional se siente paralizado ante todos estos acontecimientos y no puede expresar su malestar. Necesitamos, imperativamente, cambiar esta situación para todos los profesionales y al garantizar nuestras fuentes laborales, garantizarle a la sociedad el libre acceso a la información.