Decisiones laborales en un escenario cambiante

El no hacer nada es en sí una decisión. No todos pueden tomar decisiones de forma permanente cuando ignoran que es lo que puede ocurrir.

El trabajo con incertidumbre suele producir mucha ansiedad y no todos tienen la capacidad de poder manejarla. Por lo tanto, podemos observar una manera errática de trabajo, sin coordinación e ineficiente. Esta forma de trabajar perjudica a la cultura organizacional, es decir, no sólo desmerece al líder de un sector, sino que provoca la falta de confianza hacia la organización en general. La cultura organizacional generalmente tarda años en consolidarse, pero se puede dañar en unos pocos minutos y su reconstrucción y credibilidad por parte de otro, quizá tarde décadas.

Cuando sentimos la incertidumbre en exceso, nuestros procesos de toma de decisiones pueden fallar de manera estrepitosa. Nos paralizamos y tenemos miedo de actuar, simplemente, no sabemos que es lo correcto. Puede ocurrir, también, que actuemos prejuiciosamente o nos dejemos llevar por las emociones o la intuición en desmedro de la lógica y los hechos.

La pandemia nos llevó a interactuar por las redes sociales con profesionales que conocemos y con aquellos que hemos hablado en ocasiones, generalmente sólo en línea. Esto ocurre porque todos necesitamos tener algún punto de apoyo o común con otros profesionales, de manera que nos digan si aquello que queremos hacer les parece adecuado. Las redes sociales se convirtieron en espacios de consultas y de intercambios de experiencia.

Alguien que todos conocemos, como Stephen Hawking ha dicho en alguna ocasión que “el mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, es la ilusión del conocimiento”. Hoy esta mirada es más que actual, muchos líderes de bibliotecas han tomado grandes decisiones para adaptarse y sobrevivir o para transformarse e innovar.

Sin embargo, no estamos muy seguros sobre que base de conocimientos estamos decidiendo y actuando, y tampoco estamos seguros de que esas sean las decisiones adecuadas.

Si todos los líderes observan las mismas variables es más que probable que realizarán las mismas interacciones y toma de decisiones y que finalmente obtendrán iguales resultados.

En época de crisis el término agilidad se usa como una forma de abordar problemas o desafíos, siempre teniendo en foco al usuario. La verdad es que gestionar el sector de la biblioteca en épocas de crisis requiere aún mucho más análisis, de modo que así como existe una parálisis por análisis, pasarse de ágil también conlleva un problema.

Algunos expertos proponen una serie de pilares que todo líder debe tener en cuenta en esta época de crisis e incertidumbre y que poco a poco se convertirá en normal en la dinámica del mundo digital.

Acelerar, frenar o reducir la velocidad. Es importante escuchar al usuario y a sus necesidades, rastrear oportunidades, conservar recursos y mejorar la habilidad de cambiar de dirección si fuera necesario. Reducir la velocidad también permite reasegurarse si lo que se observó sigue siendo válido. La aceleración suele producir cansancio y fatiga y entorpece llegar a cumplir los objetivos que nos proponemos.

Analizar los datos es importante, porque el futuro es incierto. Los cambios se dan durante el día y tenemos que estar preparados. Entendemos que existen datos destacados que captan de inmediato nuestra atención, hay que tenerlos en cuenta sobre todo por la planificación que estamos llevando a cabo.

También están los datos de contexto que pueden afectar la manera de cómo los interpretamos y muchas veces van de la mano de los datos destacados, por ejemplo, el 80% de los usuarios de la biblioteca prefiere utilizar las salas parlantes parece dar más relevancia al trabajo que realiza el personal, en especial el de referencia, que decir que el 20% de los usuarios prefiere utilizar la sala silenciosa, incluso sin solicitar material en el mostrador de la biblioteca.

Finalmente, los datos con patrones, se comportan de forma regular, inteligible y significativa. En un mundo complejo, lleno de incertidumbres y cambios de escenario constantes, tenemos que reflexionar y preguntarnos ¿qué es lo qué sabemos?, ¿qué cosas ignoramos?, ¿cuáles son nuestras necesidades de saber y comprender lo que está ocurriendo? De ahí la necesidad de contar con datos que nos permitirán tomar mejores decisiones sobre qué materiales vamos a incorporar en la colección, que candidato es el mejor para incorporarlo al equipo de trabajo, que base o bases de datos son más relevantes para el tipo de usuarios de la biblioteca.

Todos los días, todo el tiempo, estamos decidiendo algo, no podemos dejar de decidir ya que al hacerlo también estamos enviando un mensaje y quizá no es lo mejor que podríamos hacer para mantener el liderazgo y que el sector se beneficie de las buenas decisiones, incluso en momentos de crisis.