¿Cadáveres profesionales o una oportunidad de crecimiento?

La carrera profesional está llena de sorpresas e incluso en los momentos más difíciles hay posibilidades de reinventarse

Muchos bibliotecarios dicen que, en algún momento de su vida profesional, llegaron a una recta final donde no veían la luz al final del túnel sino la muerte profesional en esa institución.

Veamos cómo podemos convertir esa muerte profesional en una nueva instancia de crecimiento y posicionamiento laboral.

Las causas de defunción pueden darse a partir de un ascenso que de declina. Podemos ser muy buenos en nuestro trabajo pero, debido que necesitamos tiempo para nuestra familia no podemos aprovechas esta oportunidad, sin embargo, la factura puede ser muy alta, la institución puede sentirse traicionada y decidir dejarlo de lado para una nueva oportunidad de ascenso. Ser un profesional con alto perfil no alcanza si la institución necesita de su colaboración y no se la brinda.

Hay que evitar el contagio. Las instituciones grandes tiene muchos enfermos terminales, a veces mantener un bajo perfil es lo mejor. Generalmente las personas infectadas no suelen rodearse de otros colegas, por eso es muy fácil identificarlos. Quizá, en estos casos lo mejor es mantener un perfil bajo.

El suicidio profesional es un acto voluntario que requiere preparación y un temple especial, no lo puede hacer cualquiera No es para cualquiera, pero es una forma digna de abandonar una institución. El suicida exitoso es aquel que actúa en silencio, no avisa y así estimular la culpa de los que quedan vivos. El trabajo nuevo nos brinda una nueva oportunidad de alcanzar la valoración a la que aspiramos. Quizá, la mejor forma de suicidio profesional es la de enviar un mail a todos los que se desempeñan en la institución en el que el otro entienda que todo fue muy difícil e injusto y desencadeno en ese final no esperado. Así se convierte en la víctima perfecta que ahora es un buen victimario.

Sin embargo, llegar a la morgue de la institución, al igual que en los hospitales, es un lugar frío y lúgubre. Nadie quiere estar ahí. Sin embargo, para el cadáver institucional puede ser una oportunidad. La morgue es un limbo,  ya no pertenecemos a este mundo pero aún no estamos en el cementerio. Así como los forenses averiguan que causaron la muerte en las instituciones los coaches son los encargados de averiguar qué es lo que está pasando. No hay que desaprovecharlos. Puede que sean capaces de acudir al rescate y de transformar un cuerpo sin vida en un zombi.

Veamos, entonces, que son los  zombis. Son muertos vivos, son creados a partir de los cuerpos de personas muertas.  Son los que aterrorizan a los vivos y tratan de convertirlos.  Otra versión de estos personajes son los vampiros, quienes viven de la sangre de sus víctimas. En todas las instituciones hay muchos personajes que tienen estas características.

Ser un zombi tiene ventajas e incluso si se es un vampiro, las oportunidades son mayores. Por eso es recomendable no ser sus enemigos, ya que su buena suerte nos puede beneficiar.  

Cuando se llega a la instancia del velatorio, es importante tener en cuenta que estamos solos, y podremos salir de esta caja si nos esmeramos, es así como podremos sorprender a los demás con buenos resultados.

Pero, si llegamos al momento de la cremación, realmente no tenemos salida, es irreversible y debemos evitarlo a toda costa. Lo único que nos queda es retirarnos a un lugar tranquilo, ya que no podremos trabajar en ningún otro lugar.

Por lo tanto, ser un cadáver institucional no es el final de la carrera laboral; si sabemos jugar bien las cartas y aprovecharnos de las situaciones, no sólo lograremos sobrevivir sino que podemos alcanzar nuestra meta.