Bibliotecas, bibliotecarios, innovación

Consideramos que el futuro le pertenece a todos aquellos que no temen romper las reglas, son soñadores, creativos, innovadores. La innovación está en cualquier sitio, es una actitud, pero realmente no es lo mismo que creatividad.  Se trata de un proceso planificado, que resulta de la suma de los esfuerzos de un equipo de trabajo.

Para que la innovación se produzca, previamente debemos estar insertos en una cultura innovadora, ya que la misma produce beneficios.

En una biblioteca la innovación va de la mano de suministrar un servicio o producto, o incluso cambiar un proceso que permite reducir costos y que a su vez aumenta el valor para el usuario que se tiene que poder medir y que se lleva a cabo a través de un proceso de gestión que supone una planificación, comunicación y medición de resultados.

Una persona innovadora siempre lo es, no sólo en su vida profesional, sino también en su vida privada, en su familia, con sus amigos, está dispuesto a asumir riesgos por llevar a cabo una idea, siempre tiene la necesidad de hacer algo más, diferente, algo que produzca cambios en la vida de algunas personas, pensando que ese cambio los puede beneficiar.

Todo innovador lo apasiona cambiar realidades para mejorarlas. Ama los cambios y quiere protagonizarlos generando nuevas expectativas e ilusiones. No mide los esfuerzos, simplemente realiza e intenta que todo sea mejor para todos.

Un bibliotecario innovador es un gran observador, mira a su alrededor, e intenta aprovechar las experiencias de otros colegas para, luego, crear las propias experiencias, esas que le permitirán avanzar en su camino profesional. Es sensible con su entorno y puede ver las oportunidades y simplemente las toma. Busca nuevas maneras de trabajar y de brindar servicios, y es sobre todo, un inconformista, sabe que siempre hay una forma diferente de realizar su trabajo y aprende cómo hacerlo. Es curioso e insaciable, reflexivo e impulsivo, indudablemente contradictorio, pero sobre todo es muy arriesgado.

No teme a los cambios, los ama y se aprovecha de ellos para mejorar su espacio laboral y personal.  Con pocas herramientas a su disposición puede lograr buenos resultados. Continuamente busca la colaboración de su equipo de trabajo e intenta minimizar los conflictos. Autoaprende de manera constante e intenta poner en práctica sus ideas, e incluso induce a sus colaboradores a llevarlas a cabo. Pero sobre todo intenta que su espacio de trabajo sea ameno y que todos sus colaboradores se encuentren a gusto en ese espacio. No podemos dejar de mencionar que la innovación se nutre de la creatividad y de la estrategia.

Consideramos que la innovación tiene que formar parte de la esencia de todo buen profesional. Decididamente es una tarea para un líder, ya que la persona que de dedica a dirigir se ocupa de lo urgente, mientras que los líderes se ocupan de lo importante y si bien las prácticas innovadoras no son urgentes, muchas veces pueden contribuir a mejorar las urgencias y por ese motivo deben ser consideradas importantes. Solo los buenos directivos que tienen carisma para ser líderes pueden combinar todos estos elementos y desarrollar una gestión exitosa.